La visión del mundo taoista, según el ying y el yang, es un cielo sereno.
Una vieja leyenda cuenta que un granjero tenia un caballo.
Un día este desaparecio.
Por la tarde los vecinos se reunieron para darle las condolencias.
El granjero respondia: "En fin!".
Al día siguiente el caballo regresó junto a seis caballos salvajes.
Los vecinos se reunieron para felicitarlo.
El granjero respondia: "En fin!".
Al día siguiente, el hijo del granjero monto a uno de los caballos salvaje.
Lo derribo y le rompio una pierna.
Nuevamente los vecinos fueron y expresaron sus sentimientos.
El granjero respondia: "En fin!".
Un día después llegaron soldados reclutando a los jovenes.
El hijo del granjero no estaba apto por su pierna rota.
Cuando los vecinos comentaban al granjero lo bien que habia salido todo.
El granjero respondia: "En fin!".
