18 agosto, 2012

Hoy la realidad toco a la puerta...

Me disponía a dormir un poco. Escuche el timbre desde mi cuarto. Alguien abrió la puerta. Silencio. Se escuchó el grito de mi papá. Inmediatamente pensé que el niño, mi sobrinito de 13 meses, se había caído. Silencio. Imagine que el silencio era a causa del ahogo que los niños tienen antes de llorar. Pero al volver a escuchar otro grito, el de mi mamá, me despabile. Salí del cuarto gritando: Que paso? Y vi a un hombre armado cruzando por el pasillo. Él también me vio cuando cerré la puerta de nuevo. No vaya a salir, gritó mamá. Cogí mi celular y marque 112… Sentí la primera patada sobre la puerta. Marcación incorrecta… Escuche a mamá: Abra Adrián! Imagine el revolver apuntando a la cabeza de mi mamá. Marque 123… mientras la segunda patada vencía un poco más la cerradura de la puerta. Tire el celular sobre la cama esperando que alguien contestara al otro lado. Abrí la puerta y tal como lo imagine, el revolver que apuntaba a la cabeza de mi mamá ya apuntaba a la mía… Tírate al piso y no te vas a poner de karateka… vociferaba el ladrón mientras me colocaba su zapato en mi espalda… Mi madre entro al cuarto donde me encontraba tendido. La sentaron en una banca mientras mi madre pedía que le trajeran al niño . Después entro mi padre que traía al niño y se lo paso a mi mama. Él se tendió a mi lado mientras suplicaba que no nos fueran hacer nada. Los dos mirábamos a la pared o al piso pues de pronto “nos quemaban uno” por mirones. Uno de los hombres pregunto por los teléfonos. Yo me quede callado esperando que no miraran hacia la cama. El niño los miraba fijamente pero con mucha tranquilidad, nunca lloro… Mi madre rezaba y lloraba. Sonó un celular… el tipo que nos cuidaba respondió… Como esta todo allá?... bueno pilas… nos avisa por donde hay que salir… Otro de los tipos dice: aquí no hay nada! Y entra armado apuntando hacia mi papá. Donde está la plata jefe? En el closet, responde mi papá mientras se para y acompaña al ladrón. Rato después dos hombres entran detrás de mi papá y se disponen a buscar dentro de mi cuarto los objetos de valor, un computador portátil y una cámara… Cierran la puerta del cuarto y desde afuera una voz nos dice: No vayan hacer bulla o me devuelvo. Tras 20 minutos los cinco hombres armados se van en un taxi y una moto. El celular que tire en la cama nunca logro comunicarse con el mundo exterior. Todos estamos ilesos… una fea historia con un final feliz.