12 marzo, 2009

Post-Mortem…


Hubiera querido vivir esa tranquila y gris tarde de Agosto.
Oler el perfume de esa mujer que me lleva a otros mundos.
Vivir sin pensar en el por qué, ni en el cómo...
hubiera querido vivir el fin del mundo después de aquel tsunami.
Pero la suerte estuvo echada y el destino me había confrontado.
La extraña lluvia en un mes de verano se deslizaba por el revólver.

Después de perder los signos vitales una persona tiene de
6 a 12 minutos de actividad cerebral... ese hecho me lleva a
recordar lo relativo que es el tiempo... como cuando esperas con deseo
a que llegue esa persona a la que tanto quieres ver. Los segundos
se vuelven horas y cuando estas con ella las horas se vuelven segundos. Ahora solo me imagino que esos 12 minutos podrían ser toda una vida.

No había sido un día difícil, ni tampoco lo había planeado.
Subí a mi terraza a recoger la ropa para que no se mojase.
La lluvia vino de golpe.
Vi el revólver como aparecido de la nada.
Ni siquiera atine a pensar como había llegado ahí.
Solo el fuerte impulso de cumplir mi promesa.

En los últimos 40 se ha duplicado la población mundial. Es un hecho
que tira al piso el concepto de un alma eterna que viene de la reencarnación. De donde han salido tantas almas?... mi amigo me respondió: no has tenido en cuenta la vida en otros planetas.

A los ocho años fue la primera y última vez que tuve un revolver en mis manos. Era de mi padre y lo había sacado a escondidas de su nochero. Estaba cargado y la casa sola. Como de costumbre lo coloque debajo del mentón como lo hacía con mis pistolas de juguete para luego martillar y oír el infantil sonido del plástico. Esta vez era más pesada y fría la sensación.El gatillo era muy duro y utilice dos dedos para jalar con fuerza.Aún no tenía la suficiente fuerza o el seguro estaba puesto.

La imagen era bella... hablando cinematográficamente...
la lluvia disolvía la sangre y enfriaba el cuerpo aún tibio.
La cara no sufrió mucho daño, excepto por el pequeño orificio en mi cien.
Y aún no he aprendido la lección, aun sigo pensando y reflexionando
sobre lo que me está pasando... aun en mis 12 minutos post mortem.

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